2 de Octubre de 2008
Dos de octubre, fecha asignada que esperábamos.
Con emoción a flor de piel y ágiles en preparativos.
Al punto de quedar cansados por las noches,
Sólo deseando reposar para seguir después.
Bultos con recuerdos de niñez y adolescencia.
Libros y discos, fotos y mapas, cartas y juegos,
Embalados en cajas con prolijidad selladas
Cual hormiga que en verano almacena para invierno.
Donde fuera tu pequeño dormitorio juvenil
Acomodadas y en pilas ordenadas quedaron.
Si supiera cada cosa los mil recuerdos que evoca
Y los pedazos de vida que cada una convoca.
Depositado aquello que aguardará, quizá años.
Seleccionamos aquello que llevarás en tu valija.
Ropa de abrigo, calzado, una frase como estrella,
Y una guitarra blusera que entre manos sostendrás.
Llegó el jueves 2 de octubre, fecha asignada.
Hacia el aeropuerto fuimos una multitud de seis.
Compartiendo cada instancia entre risas y caricias
Nuestro tiempo detenido en un enorme salón.
Hijo te vas, ya partís, chau, hasta siempre.
Viví intenso, que sólo así la vida se justifica.
Luchá fuerte, que sólo así vencen los vencedores.
Y disfrutá grande para engrandecer espíritu, vida y sueños.
Tu destino estás forjando, has aprendido a volar.
Cuidá tu espalda y tu frente. La mirada siempre allá.
Extrañarás familia, amigos, tu banda y el barrio.
Tomá la guitarra y cantá, siempre un blus aliviará.
Cuando el reloj marcó las cuatro y cuarto
Los brazos estrechamos en largo silencio fundido.
Te vi partir siendo hombre,
Hijo que ayer no más, acuné en mi regazo.
Se quebró mi voz para decir “te quiero”
Se nublaron mis ojos sin saber por qué
Se anudó mi garganta y apenas
Pudo mi mano levantada decirte adiós.
Cumplí tu sueño, hijo grande.
Tu felicidad es mi gozo y consuelo.
Montañas de suerte te invoco.
Orgullo de madre siento.
Hacia allí quisiste ir, la Facultad de tus sueños.
La cuna de aquellos grandes que revoluciones hicieron.
Y que al Derecho dejaron aquello que derecho es.
Aprendé soñando mucho que los sueños semillas son.
Un océano nos separa
Y los recuerdos nos unen.
La distancia no es distancia
Cuando el amor es amor.
En mis emociones vivís
Y en mis silencios latís
Ahora sé que ser madre
Comprende verlos partir.
Te esperaré cada año
Siendo el hombre que niño vuelve.
Te visitaré cada invierno
Viendo al niño que hombre es.
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