jueves, 11 de junio de 2009

Desde el piano

Desde el piano

Con cuatro años la abuela María me tomó de su mano
Me condujo al taburete y me sentó en su falda.
Tocaba pequeñas canciones, valses y tangos.
Y entre una y otra proponía enseñarme.
Así lo hizo con aquella del gallo, el sapo
Y otras para niñas.

Ella cantaba feliz. Yo descubría la magia.
La mano se posa así, los dedos de este modo.
Cuidado con el meñique, y que el gordo no se caiga.
El antebrazo a la altura del teclado.
Flojos los músculos para evitar el cansancio.
Tocar el piano es así de simple. Leer a los grandes no tanto.

Pentagramas, figuras, claves, notas. Tresillos y ritornello.
Sostenidos, bemoles, ligaduras. Crescendos y allegros.
Bach y su libro de Ana Magdalena, retórica simple.
Czerny y sus estudios, gran Maestro de otros grandes.
Haendel, Scarlatti, Clementi, barrocos fecundos.
La magia comenzó a hechizar atrapando presentes y mañanas.

Llegó a casa mi primer piano alemán que convocaría en el salón
El Maestro Darío cada tarde con solfeos, salmos y cantatas
Y el sueño del ingreso al Nacional, anhelo amasado con tesón.
Con Bela Bartok y su Mikrokosmos, la sonata de Mozart en Do
Y las Invenciones a tres voces de Bach,
El ingreso fue realidad en marzo primaveral.

Formamos luego un trío de cámara: piano, violín y cello
Cuerdas de maravillosos fraseos y encantos juveniles
Que sonaban espirituales en Vocalisse de Rachmaninof.
Sin saber cómo un día bajé la tapa del mueble que no era tal.
Confusa me postergué aturdida sin poder decir por qué.
Y reemplacé la magia de la música por el encanto de los hijos.

Y ahora que los crié y vuelan dejándome el alma inunda de amor
Mis pasos retomo, levanto la tapa y observo el marfil de teclas mudas.
Partituras que proclaman y comienzan a sonar como cuando niña.
Bach está difícil, Mozart alegre, Beethoven y Chopin imposibles.
Cada tarde nos encontramos los nocturnos y la Apasionatta
Los Scherzos, algún vals de Bramhs y el amado Rachmaninof.

Así limpio mi espíritu y hago liviano de pesadumbre mis días
Cada vez que obtengo la frase tal como fue escrita por ellos que admiro
Escucho mi alma a través de mis manos y vibro en consonancia con ellos.
Desde el piano amo, sueño, río y canto en soledad,
Respeto la genialidad de los grandes inmortales
Y tributo a la simpleza de la perfección.

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